Si eres un apasionado del dibujo artístico, en esta guía rápida y sencilla te contamos cómo aprender a dibujar rostros paso por paso.
Para todo buen dibujante, uno de los mayores retos es cómo aprender a dibujar rostros. Sin embargo, esto no tiene por qué ser una tarea difícil, de hecho es muy sencillo y podría hacer la diferencia entre un gran dibujante y uno regular.
La técnica de dibujo de rostro es muy sencilla si se hace de la manera correcta, siguiendo cada uno de sus pasos.
Las formas básicas que se necesitan son el trapecio, el rectángulo y el triángulo. Para la parte superior se emplean el trapecio y el rectángulo, y para la parte inferior del rostro un triángulo invertido. Las tres formas deben ser fusionadas y los bordes redondeados.
A esta forma se le debe dar un poco más de movilidad y profundidad, para ello son las líneas de guía. No se trata solo de realizar una cruz en el medio del rostro, sino una cruz con movilidad, es decir, con diferentes perspectivas.
Ojos, nariz, boca y orejas son los elementos principales o partes básicas del rostro. Para aprender cómo hacerlas se deben emplear técnicas por separado para cada una de ellas, por el momento solo se deben dibujar los contornos. Las líneas de guía servirán para ubicar también las cejas en el área de la frente, así como la nariz, los ojos y la boca en el lugar adecuado. Importante, las orejas se colocan justo al nivel de los ojos.
Este es un paso muy importante, ya que ahora mismo se tiene la forma básica del rostro, pero con figuras geométricas marcadas. Al tener lo básico, resulta necesario volver al contorno del rostro y comenzar a suavizar las líneas con el lápiz para que estas sean un poco más naturales. Al hacerlo, es recomendable borrar las líneas guías para evitar confusiones.
El cuello es una disgregación de la mandíbula y barbilla. Sus líneas son ligeramente curvadas y con trazos delicados. Tal vez cueste un poco al principio, pero con la práctica se van obteniendo resultados más artísticos y naturales.
Estos son elementos básicos indispensables en el rostro humano, sin ellos, sencillamente no lo sería. Para prender a dibujar cada uno de ellos se requiere una técnica específica que abarca conocimientos como el iris redondeado que no debe verse por completo, la posición de los párpados, la forma de los labios, las fosas nasales y un sinfín de detalles que darán al rostro las facciones y la expresión que se desea obtener.
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